Ayer leí los comentarios que Jorge Lorenzo, Marc Márquez y Dani Pedrosa hicieron con respecto al incidente de la anterior carrera y en consecuencia de la sanción interpuesta por Dirección de Carrera.
Lo primero que me sorprendió es que tardasen casi 15 días en poner una sanción de un punto para el carné de Marc y 25 menos para el equipo. Sinceramente no tengo muy claro si es normal que se tarde tanto en saber si una acción es punible o no, ya que entiendo que el reglamento es uno y debe ser muy claro. Ahora bien, quizás, y digo solo quizás, la presión pública haya podido tener algo que ver en el cambio de actitud con respecto al incidente.
Ayer en Malasia, en la rueda de prensa, no se preguntó sobre cómo veían ese gran premio, las motos, o su estado. Solo se habló de esta guerrilla que aparentemente hay entre Márquez-Pedrosa-Lorenzo y que no se si responde a la realidad o es algo que la prensa y la televisión nos quiere endosar. La verdad es que tras leer sus declaraciones me pareció que ellos (los tres pilotos) estaban tan incómodos como yo con el tema.
En el caso de Lorenzo, cuya opinión puede ser compartida o no, insiste en varias ocasiones en que no habla en ningún tono irónico y en que lo que dice (nos guste o no nos guste) es su opinión. Viven inmersos en un circo romano modernizado porque lo que nos gustan son las caídas y el contacto. Sin embargo el periodista insiste en hacerle, según mi propia opinión, preguntas capciosas para ver si puede aumentar la polémica aún más.
Marc Márquez en cambio no se mueve ni un ápice de su línea habitual. Siempre sonriente hace referencia a que hay que disfrutar de las carreras. Parece que para él todo sea un juego y acepta sin problemas cada una de las consecuencias de sus actos. De un modo prudente, no entra a valorar si es correcta o no la decisión de Dirección de Carrera y simplemente la acepta sin más.
Y por último, el principal afectado, Dani Pedrosa, que se dio un porrazo importante por el toque con Marc, es, a mi entender, el más prudente de todos y torea elegantemente las preguntas de la prensa.
Personalmente me sabe mal que los pilotos perciban que lo que a nosotros nos gusta son las caídas. Seguro que si ellos lo creen será por algo, pero están equivocados. Nos gusta la emoción, nos gustan los adelantamientos pero no las caídas. Quizás el camino pase por igualar las motos para que sea más fácil adelantar o pelear pero siempre buscando la protección del piloto y evitando el contacto físico y los accidentes.
La emoción no debe venir por los accidentes y las lesiones sino por los adelantamientos y la lucha entre compañeros.