Kamasutra en moto (II)


“Cuando mi novio se compró la Harley… digamos que nos pusimos frente a frente y nos dimos un homenaje”

(Louise Lombard, CSI Las Vegas, T4)

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(Aviso a navegantes: para poner en práctica este post necesitas, sí o sí, un copiloto)

Según un estudio de la Universidad de Pensylvania, una de las fantasías sexuales más recurrentes de las adolescentes norteamericanas es hacerlo sobre una moto. Apuesto a que muchos de vosotros tenéis la misma o incluso la habéis puesto en práctica, con diferente resultado. Y es que, si hacer el amor en un coche ya es difícil si no eres contorsionista (que se lo pregunten sino a Los Inhumanos y su exitazo veraniego “Qué difícil es hacer el amor en un Sinca 1000”), mantener relaciones sexuales encima de una moto sin romperte algo lo es mucho más.

Difícil, pero no imposible. “No lo hemos hecho muchas veces, pero de vez en cuando echamos un polvo rápido en la moto. Hay que apoyarla bien y es verdad que con el meneo hay que tener mucho cuidado, pero a mi chica le pone y a mí ni te cuento, así que… nos las arreglamos” afirma Joan, de 27 años y con moto desde los 15. Existen posturas, prácticas y juegos eróticos que se pueden hacer sobre una moto y hoy, como os prometí en el post anterior, os traigo unos cuantos de la mano de la sexóloga Marina Castro y del Kamasutra también.

Pero antes hay que asegurarse de que la moto es un elemento estable en el que podemos dedicarnos a hacernos carantoñas sin que se caiga, nos caigamos y nos rompamos algo. De modo que allá van algunas indicaciones previas antes de ponerse manos a la obra sobre vuestras máquinas.

1. Asegúrate de que el tipo de moto que tienes es adecuado para lo que vas a hacer:

  • Si tu moto es pequeña, sport o de campo, es muy probable que no podáis sentaros encima de ella para nada porque se acabaría venciendo (y sin necesidad de mucho movimiento). Para este tipo de motos lo mejor son las posturas en las que la utilizáis como punto de apoyo o como elemento meramente visual, por el morbo de hacerlo con ella de por medio.
  • Si por el contrario vuestra moto es de carretera, grande, con mucho espacio para los asientos y, fundamental, tiene caballete en lugar de solo pata para apoyarla, os permite posturas que sí conlleven sentarse encima de ella. En cualquier caso cuidado con los movimientos excesivos o bruscos o acabaréis dando (también) con vuestros desnudos traseros en el suelo.

2. Buscad un sitio apartado en el que no os moleste nadie: tened en cuenta que si en un coche es difícil disimular lo que estábais haciendo ante una “pillada” en toda regla, en una moto es imposible lo miréis por donde lo miréis. Así que si no queréis servir de clase de sexualidad a una excursión del colegio (o del Imserso, que viajan casi más que los niños nuestros abuelos), cuidadito con dónde nos ponemos a ver si la moto resiste la postura del arcángel.

3. No os desnudéis por completo: estamos hablando de un “quickie”, eso lo primero. Y lo segundo, si por lo que sea perdéis el equilibrio, los rasponazos serán menos.

4. Y por último pero no menos importante: NUNCA lo hagáis en marcha. Que sí, que parece obvio. Pero que luego nos calentamos y pasa lo que pasa. Ahora veréis por qué.

FOTO KAMASUTRABueno, hechas las recomendaciones de rigor (para que luego no digáis que aquí nos ponemos a echar un polvo sobre una moto sin tomar precauciones), vamos a lo interesante. ¿Cómo podemos hacerlo en una moto? La sexóloga Marina Castro explica que “se puede tener sexo en una moto de muchas formas, especialmente se puede jugar, acariciarse, tocarse quizá sin necesidad de llegar a la penetración. El sexo no se basa sólo en eso y en una moto puede ser mucho más efectivo excitarse durante todo el viaje para que al llegar a casa os tengáis que arrancar la ropa antes de llegar a la habitación”. Para excitarse mútuamente sí podemos ir en marcha. Al fin y al cabo en la moto prácticamente te estás rozando todo el tiempo. Pero, aviso importante: “Si os excitáis tanto como para perder el control, parad y continuad fuera de la moto y de la carretera” recuerda nuestra sexóloga.

¿Cómo lo hacemos? En el calentamiento los copilotos lo tenemos más fácil porque sí podemos usar las manos para lo que nos dé la gana. Castro recomienda “empezar acariciando el cuello de nuestra pareja, los costados por fuera de la ropa y bajar las manos hacia la entrepierna pero sin llegar a tocarle al principio. Se trata de jugar y de que no sepa si te agarras por la carretera o porque te apetece algo más”.

El piloto no lo tiene fácil pero también puede corresponder “en ciudad, cuando paréis en los semáforos. Y en carretera, si vais muy despacio, también puede acariciarle la pierna a su pareja, apoyarse en ella o darle a entender que le gusta el juego”.

¿Y a la hora de darlo todo? ¿Cómo nos las arreglamos? Ahí viene el señor Kamasutra a echarnos una mano. Para las motos con poca estabilidad, nuestra sexóloga recomienda posturas de pie en las que la moto sea el punto de apoyo de uno de los dos, que estaría de espaldas al otro. Por ejemplo son muy efectivas la de la unión del antílope (ambos de rodillas, él detrás de ella, y apoyando ambos las manos en la moto), la del emú (ambos de pie, ella inclinada de espaldas a él, con una mano en la moto y la otra en la cadera de él para atraerle), la unión de los amantes (de pie, frente a frente y apoyando uno de los dos el trasero en el asiento de la moto) o  la del arco (ella inclinada haciendo un arco y apoyada en el reposapiés y él tras ella, erguido).

Para las motos estables hay algunas más, por ejemplo la del ying y el yang o de la diosa (él sentado a horcajadas en la moto y ella sobre él como cuando nos sentamos al revés en una silla), la de la balanza (él sentado de lado en la moto y ella de pie, de espaldas y ligeramente inclinada hacia él), la de la cortesana (ella sentada de lado en la moto y él de pie frente a ella, de modo que pueda rodearle la cintura con las piernas) o la del compás (ambos de pie, ella con una pierna apoyada en el asiento y la otra en el suelo y él frente a ella o de espaldas).

Y vosotros… ¿habéis probado a mezclar sexo y motos? ¿Nos contáis qué tal? Nos leemos en dos semanas.

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