¿Quién no se ha dormido algún día viendo un documental de animalitos en TV2?
Y quien dice un documental dice… una carrera ciclista, un partido de tenis o incluso la Fórmula 1.
Por supuesto muchísimos de vosotros sois grandes aficionados a todos estos deportes y lejos de dormiros, os produce emoción y sentimientos de euforia. Pero para el resto… a mí por ejemplo, me produce un sueño incontrolable que acaba haciéndome babear en cualquier sofá en el que me haya sentado.
Pero hay otra cosa que me produce un grandísimo aburrimiento y en consecuencia sueño. Las autopistas y autovías a 110 – 120km/h.
Rectas inmensas, larguísimas, con dos o más carriles, solos, y a velocidad constante. Será el zumbido de la moto, el aire o la monotonía del paisaje que hacen que poco a poco me vaya entrando esa sensación de sopor.
¿Qué solemos hacer para evitarlo? Normalmente –y está mal, muy mal- tendemos a correr más. Si aumentamos la velocidad lo suficiente la sensación de mayor riesgo despierta nuestros sentidos y nos hace estar mucho más concentrados y pendientes de todo lo que pasa a nuestro alrededor.
¡Pues no! Error.
La sensación de sueño hay que combatirla sin necesidad de incumplir los límites de velocidad. Ahí van 5 pequeños trucos para lidiar con la fatiga en moto:
- Estar correctamente hidratados. Beber abundante agua. La falta de hidratación provoca reducción de la atención, dolor de cabeza y cansando.
- Parar frecuentemente. Obviamente si bebemos agua abundante, entre la posición que llevamos sobre la moto y la vibración de ésta… será casi obligatorio parar cada dos por tres.
- Hacer estiramientos y algún ejercicio físico. No hace falta que nos pongamos a hacer flexiones como locos pero sí movernos un poco.
- No tomarnos la cafetería entera. Tomar café o bebidas estimulantes puede ser bueno y malo si nos pasamos.
- No hincharnos a grasas. Ya de por sí no es bueno comer grasas ni comidas muy pesadas, pero si además tenemos que conducir por vías “aburridas” menos.
Y si queremos evitar que aparezca siempre tendremos la opción de buscar carreteras llenas de curvas que nos mantengan totalmente concentrados y con los sentidos alertas. Cansan más que las autovías y autopistas pero son mucho más divertidas y difícilmente nos den fatiga y somnolencia.