Rozar las rodillas con el asfalto. La técnica correcta.


Hace unos días publiqué un post en el que decía que el rozar las rodillas con el asfalto no debía ser una meta a conseguir. Que el objetivo siempre debe ser tener una mejor técnica, una mejor postura y ser, en conjunto, mejores conductores y pilotos.

Pero también comentamos que si nuestra conducción es deportiva y hacemos las cosas correctamente, probablemente rozar con las rodillas llegue solo. En la conducción deportiva, las rodillas son un punto de apoyo y un indicador. Forma parte del estilo de conducción. Siempre y cuando estemos rodando en circuito, claro está!. En carretera, aunque a muchos les gustaría, no es recomendable buscar rozar con las rodillas en el asfalto.

Antes de plantearnos rozar con las rodillas el asfalto y la técnica para conseguirlo, debemos tener una postura adecuada.

¿Cuál es la postura adecuada?

Un error que tenemos a cometer es el de arrimarnos demasiado al depósito. Si vamos pegados, a la que deslizamos el cuerpo, nuestra cadera se gira hacia el interior de la moto. Nuestra rodilla, aunque estará más cerca del suelo, estará pegada al carenado. Con esta postura, a menos que seamos un Marc Márquez o un Stefan Bradl, que destrozan los codos y brazos de los monos en cada carrera, no llegaremos a rozar nunca. Y si lo hacemos, rozaremos con la rodilla seguido de cadera, hombros y cabeza.

Debemos empezar por sentarnos correctamente un poquito más atrás. Cuanto más separados estemos del depósito más fácilmente podremos movernos sobre el asiento. En esta posición, si abrimos la pierna, podremos notar cómo la rodilla quedará separada totalmente del carenado.

Técnica para rozar las rodillas con el asfalto cuando ya tengo una postura adecuada:

Lo que solemos hacer es mover la rodilla hacia el suelo y eso inevitablemente nos lleva otra vez a arrimarnos al carenado. La técnica adecuada consiste en llevar la rodilla que tenemos abierta hacia atrás. Así adquiriremos una posición correcta tanto de nuestra cadera, como de nuestra espalda y rodilla. Con la postura adecuada, rozar las rodillas con el asfalto será una consecuencia que obtendremos enseguida.

La primera vez que llegamos a tocar con la rodilla en el suelo se mezcla la emoción con cierto miedo ya que el ruido que hace al rozar es si más no, extraño. Luego, con el tiempo no solo te acostumbras a la sensación sino que lo identificas como un punto de apoyo y referencia. Siempre en circuito.

He visto pilotos rozar con las rodillas con cualquier cosa así que la moto no es excusa para tener una técnica perfecta. Estos chicos no pararon hasta que lo consiguieron con una bici!

La clave está en tener una buena técnica de movimiento sobre la moto. La rodilla se desplaza hacia atrás y mantiene una postura homogénea con hombros y espalda. No hay que contorsionarse y hacer cosas raras desplazando la rodilla hacia el suelo. Tocar, puede que toquemos, pero será más bien ridículo y nada práctico.

Tampoco es necesario llevar excesiva velocidad. Sin embargo, sí es necesario que la moto lleve cierta inercia. La podremos mantener en un buen grado de inclinación pero estable.

Para practicar estas cosas, es recomendable hacerlo en circuito. Allí podemos practicar y tomar riesgos con un peligro limitado. El de salirnos de la pista o caernos, pero no de chocar contra nadie que venga en el otro sentido, un árbol o un guardarraíl.

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