El twitter de Aleix Espargaró al rojo vivo


Aleix Espargaró

Los pilotos son personas y como tal tienen vida después de las motos, ya que entre otras cosas, las motos no son más que su trabajo. La mayoría nos diferenciamos de ellos con la cantidad de dinero que manejan, el ser personajes públicos y quizás para mí la más importante, que trabajan de aquello que realmente les apasiona.

Pero si tenemos en cuenta que son personas como nosotros, debemos aceptar que pueden tener otras aficiones, que pueden ser fans de equipos de otras competiciones y que todo ello puede coincidir con nuestros gustos o ser totalmente opuestos.

Ahora bien, si hablamos de futbol, la cosa se complica… porque no hay en este planeta un deporte que levante tanto lío como el fútbol, y si lo hay, yo no lo he visto.

Aleix Espargaró hizo en su twitter un comentario sobre el penalti del Real Madrid del partido del 4 de enero. Un comentario fruto de su espíritu barcelonista y que es el más habitual de los comentarios cuando de penaltis se trata. Un comentario que hasta yo que no soy futbolera he oído miles de veces.

Aleix Espargaró

captura twitt

Algunos dirán que el comentario fue desafortunado y un error, incluso que estuvo fuera de lugar. Pero tanto como para decirle que…

“Deberías dedicarte a ser muñeco de pruebas para los accidentes que es lo que haces ahora básicamente”

“Cuando te des una ostia con la moto estaré yo ahí riéndome”.

“Yo cuando vi al “gili” de J. Lorenzo con el escudo del Farsa en el casco, me alegro de cada vez que se cae”.

Además, la conversación twittera fue distorsionando hasta llegar a criticarle por ganar dinero o por pagar más o menos impuestos.

¿Por qué somos tan crueles? ¿Estamos locos?

Si no nos gusta un comentario, no estamos conforme con una opinión, creemos que es una metedura de pata o incluso nos molesta lo que haya dicho o hecho alguien, podemos dar nuestra opinión y mostrar nuestra disconformidad, pero hay ciertos límites que nadie debería cruzar.

Jamás de los jamases hay que desear un accidente o una caída. Porque quien desea un accidente a otro es que jamás ni ha sufrido uno, ni ha perdido a nadie en otro.