Karen Blixen, Catalina de Eraso, May French Sheldon, Mary Kingsley o Gertrud Bell tienen algo en común con nuestra protagonista de los viernes, la motera Alicia Sornosa. Sí, todas son mujeres pero, más allá del género, lo que las une es que todas son grandes viajeras. Mujeres que se atreven a explorar y a cumplir retos en un terreno más bien masculino. Hasta el momento.
En el libro Viajeras intrépidas y aventureras, Cristina Morató retrata y recoge para la historia las peripecias, excentricidades, periplos y prejuicios vencidos de mujeres de los siglos XVIII y XIX que decidieron que lo suyo era viajar, descubrir, explorar. Igual que Alicia. Por eso, entre las viajeras del siglo XXI, ya aparece su nombre.
Ellas, junto con otras muchas y también muchos hombres, le han servido de inspiración. A partir de ahora, mujeres de todo el mundo pensarán en la gesta de Alicia… y querrán emularla.
—¿En quién te inspiras para hacer este viaje?
—En otros viajeros, en los antiguos exploradores, en las mujeres que han hecho esto antes que yo.
—¿Te gustaría ser un ejemplo para otras mujeres?
—Claro que sí, es lo que pretendo. Una puede hacer lo mismo que los hombres, sobre un vehículo somos todos iguales.
—¿Cuál es tu objetivo?
—El principal, demostrarme a mí misma que soy capaz de llevar a cabo una gesta semejante. Incentivar a las personas para que vean que viajar es sano, descubriendo otras costumbres. Comprobar que los seres humanos somos buenos por naturaleza y que el mundo no es tan malo como lo pintan en televisión y periódicos. Hay más bueno que malo.
—Hasta el momento… ¿se está cumpliendo?
—Sí. Con creces.
Hasta la semana que viene.