Sara Román: una mujer en el mundo de las minimotos


Apenas levantaba un palmo del suelo y ya tenía clara su pasión: las motos. Que su padre corriera antes que ella tuvo algo que ver, la vena motera le viene de serie. Y precisamente gracias a la afición de su padre, en casa no hubo un drama cuando cambió muñecas por las dos ruedas y anunció a lo que quería dedicarse.

El apoyo incondicional de sus padres (a quienes esta madrileña de mirada luminosa lleva incluso como patrocinadores en su moto) la empuja a seguir adelante. Cuando llegó la hora de decidir categoría se decantó por las minimotos y es ahí donde Sara Román lleva varios años intentando hacerse un nombre en un mundo casi exclusivo de hombres.

Junto a su minimoto «Negrita«, hacia la que sintió amor a primera vista y que se ha convertido en su compañera inseparable de carreras, Sara Román nos cuenta esta semana su pequeña historia de amor por las motos.

¿Os apetece dar una vuelta con nosotras?

 

 

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