¿Las chicas vamos peor en moto? ¿Quién dice eso? vamos a analizarlo un poco. El mundo sigue siendo de los hombres. No nos engañemos. Por mucho que luchemos, y así debemos seguir, este mundo aún está dirigido y controlado por el sexo masculino.
Nuestra sociedad, en general, ya nos ve iguales. Pero en el fondo, y aunque sea sin malicia o intención, nos siguen viendo débiles e inferiores en algunos aspectos. Y o los hombres, sino también las mujeres. Las mujeres moteras, según parece, inspiramos el instinto protector.
Ideologías tan sumamente arraigadas al subconsciente que sin darse cuenta salen solas.
Algunos y algunas, al leer estas líneas estaréis pensando… ¿Qué chorradas dice? Si somos iguales y no es verdad que las chicas vamos peor en moto.
Hagamos un ejercicio y responderos a vosotros mismos con el corazón en la mano;
Supongamos que vamos a un circuito, el que sea y de la disciplina que más nos guste. Vemos a un chico y una chica que se están preparando para entrar en pista. Una moto exactamente igual para cada uno de ellos.
Sin saber absolutamente nada de ellos, ¿Quién creéis que irá más rápido? Es inevitable que pensemos, de entrada, que el chico correrá más que la chica. ¿por qué? porque inconscientemente creemos que las chicas vamos peor en moto.
Nuestro cerebro inevitablemente prejuzgará y predecirá (más bien inventará) lo que pasará. Y aunque nos gustaría mucho pensar de entrada que estarán como mínimo al mismo nivel y veremos una bonita lucha, nuestro subconsciente nos hará pensar que el chico correrá mucho más y que la chica no tendrá nada que hacer…
Según Eduard Punset el cerebro utiliza gran parte de su energía para predecir, inventar e imaginar, configurando además divisiones entre “ellos” y “nosotros”. El cerebro también nos agrupa en función de nuestros temores y quimeras. (…).
En el mundo de las dos ruedas es aún más frecuente que se dude de las aptitudes del género femenino. De entrada se espera que no hagamos un buen papel e incluso se llega a dudar que simplemente seamos capaces de conducir una moto.
Puedes llegar a oír en un circuito de velocidad de boca de uno de los moteros participantes frases como… ¿Las mujeres también corren?
Mujeres Moteras somos muchas. Muchas que vamos en moto por pura pasión, muchas que decidimos que si el trabajo nos va a ocupar la gran parte del día y de nuestra vida, éste debe ser en el mundo de las motos. Compitiendo o desarrollando un trabajo pero dedicando nuestra vida a ello. Sin embargo, aún somos muy pocas y llevamos poco tiempo en comparación a nuestros compañeros varones.
¿Poco tiempo? Repasemos un poco la historia…
La primera motocicleta con motor a vapor se construyó en Estados Unidos en 1867 gracias a Sylvester Howard Roper.
Años después, en 1885, Wilhelm Maybach y Gottlieb Daimer crearon una motocicleta con motor de combustión que alcanzaba los 18km/h y daba 0,5cv.
Poco a poco fueron evolucionando, mejorando y apareciendo nuevos modelos gracias a la reconversión que sufrieron con la Segunda Guerra Mundial algunas fábricas de radios (Ducati), aviones (Mv Agusta) o telares (Suzuki) y a la aparición de empresas destinadas a evolución y creación de este tipo de vehículos, como Honda en 1946.
Históricamente, la mujer ha pintado más bien poco. Considerada propiedad del hombre, sólo se nos era permitido cuidar de los hijos, ser responsables de las tareas del hogar y, en algunos casos muy excepcionales, realizar trabajos manuales artesanales. Éramos consideradas políticamente incapaces (como los niños) y por supuesto era impensable y muy mal visto, que una mujer quisiera conducir cualquier vehículo.
Los primeros signos de cambio con respecto la mujer se dieron después de la Primera Guerra Mundial (1914-1918) con su incorporación a la educación universitaria y en algunas áreas laborales específicas.
En cuanto al uso de la motocicleta, el primer dato que encontramos de mujeres en moto es en 1915 donde dos mujeres, madre e hija, fueron desde Nueva York a California montadas en una Harley de tres velocidades. Ambas mujeres obviamente conducían sin la licencia necesaria ya que no fue hasta 1937 una mujer obtuvo la primera licencia de conducir motocicletas.
Tuvieron que pasar 50 años desde la aparición de la primera motocicleta para que viésemos a una mujer montada en ella. Pero no nos hagamos ilusiones, estos eran casos muy puntuales de mujeres que decidían saltarse cualquier norma social y hacer, simplemente, lo que les apetecía. Normalmente eran mal vistas por la gran mayoría de la sociedad.
Necesitaríamos otros casi 60 años para que la mujer fuese considerada un ser independiente y pudiese libremente decidir su destino. Sin autorizaciones masculinas del padre, hermano o marido para abrir, por ejemplo, una cuenta corriente a su nombre o comprarse una moto o un coche.
Hoy en día, nosotras somos seres independientes que elegimos voluntariamente nuestro destino, pero llevamos, al menos en este mundo de las dos ruedas, 100 años de retraso. ¿Podríamos entonces asumir que las chicas vamos peor en moto?
De entre todas las mujeres que hoy disfrutamos del deporte del motociclismo contamos con grandes pilotos. Laia Sanz, cuyo palmarés es el más brillante de toda la historia. También hay muchísimas pilotos profesionales y amateurs de todas las disciplinas, que luchan en parrillas mixtas con otros pilotos del sexo masculino o entre ellas en competiciones femeninas. En concreto, el próximo fin de semana de octubre (17 y 18) se disputará la primera Copa de España de velocidad femenina en el circuito de los Arcos en Navarra (este link te permitirá leer toda la información sobre esta carrera).
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Poco a poco más mujeres formamos parte de este deporte. Y cada vez somos menos conformistas con el trato condescendiente que se nos da.
Es por ello, que poco a poco nuestros cerebros se tienen que ir acostumbrando a no prejuzgar. A creer que la mujer, por hecho de ser mujer, lo va a hacer peor. Lo hará según sus aptitudes, experiencia y técnica, mejor o peor, pero nada tendrá que ver con el hecho de ser mujer.
¿Lo conseguiremos? o seguiremos oyendo que las chicas vamos peor en moto…
El día que delante de un hombre y una mujer con la misma moto no pensemos que él correrá más que ella habremos conseguido la igualdad. Ese será el día en que ya no sean chicos y chicas. Simplemente seremos pilotos y/o moteros a los que se nos valorará como tales.
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