La moto: El secreto de la felicidad de Gema


Holaaa soy Gema y os voy a contar mi historia y mi relación con la moto.

 

Vivo en Guardo, así se llama mi pueblo (el nombre viene de Boardo, que significa boca de las alturas) en plena montaña Palentina, zona de  minas de carbón, pero también de preciosos paisajes. Mis padres, él de Lugo y ella de Teruel y ninguno tenía nada que ver con la moto.

 

Mi padre minero trabajó en la mina muchos años. Con 39 tuvo un accidente y se mató. Mi madre se quedó viuda con 4 hijas (mi hermana la mayor tenía 9 años) y completamente sola ya que aquí no tenemos familiares, tíos o primos. La mejor opción para las tres mayores de 9,7 y 5 años fue entrar en un colegio de monjas, un Internado.

 

Yo he estado en Internados 9 años de mi vida y he tenido momentos buenos y malos, pero nunca le he echado en cara a mi madre el haber estado tantos años separadas. Son situaciones en la vida que hay que afrontar porque no queda otra y esa fue la mejor opción.

 

Os cuento todo esto para que os deis cuenta de que mi relación con el mundo de la moto no fue de niña ni mucho menos. Me crie sin padre, rodeada de mujeres y sin familia cerca.

 

Desde 1990 en Guardo se hace una concentración de motos que se llama «Lechazos» (muy buena, por cierto). Un año me apunté al concurso de dibujo para el cartel de la concentración y lo gané. Fue a partir de ahí cuando empecé a entrar en contacto con la gente del motoclub, a ayudarles a organizar la concentración y a conocer un poco este mundo de la moto. ME ENCANTÓ.

 

A los pocos meses me saqué el carnet de moto (sin haber tocado una moto en mi vida, salvo la de la autoescuela). También a los pocos meses, vi al amor de mi vida y me enamoré.

 

Primero lo vi y me enamoré (el típico flechazo) y a los pocos días una amiga me lo presentó y desde entonces no nos hemos separado. Se llama Carlos.

 

Cuando lo vi por primera vez, reconozco que fue UN AUTENTICO FLECHAZO  lo vi en moto, estaba esperando a un amigo sentado en su CBR 600, sin casco, con el pelo al viento (lo tenía un poco largo), con el traje de cuero… ¡¡¡Ayyyy!!! ¡¡¡QUE SUSPIROS!!!.

 

Yo he «aprendido» a andar en moto gracias a Carlos, que con su Santa Paciencia y arriesgando la vida… jejeje me dejaba llevar su CBR 600, y el pobre, claro, de paquete. Luego hemos tenido muchos años una CRB 1000, con la que hemos hecho infinidad de viajes y miles de kilómetros, esa también la llevaba (dioosssss cómo ibaaa). Como la moto pesaba mucho procuraba llevarla más que nada en carretera, ya que callejear era un peligro. Se viajaba comodísimo, pero yo he disfrutado tanto de manejar como de ir de paquete (que en esa época, me tocó bastante más).

 

Hemos tenido dos hijos, una chica que se llama Nerea y un chico que se llama René y no ha sido hasta que se han hecho un poco mayores que nos hemos decidido a comprar una moto para mí y cambiar la de Carlos para poder viajar los 4. Con hijos pequeños es tontería porque no hay tiempo.

 

Ahora ya hace unos 4 años que me compré mi «amorcillo», una Kawa er-6f, la quiero mucho y la doy muchos besos porque se porta muy bien conmigo.

 

Mi marido tiene una preciosa Honda VFR roja, con maletas que es una pasada. Vamos los cuatro de ruta. Los peques en invierno vienen menos, pero cuando hace bueno, ¡NO PARAMOS! Hacemos mucho viaje cultural a ver castillos, ruinas, cuevas, museos…..Nos gusta ir a ver cosas, aunque ya solo el paisaje y andar en moto merece la pena.

 

La foto que adjunto de mi familia la hicimos en Carrión de los Condes, de las alfombras florales que hacen el día del Corpus, una preciosidad.

 

Creo que me he pasado un poco con la historia, quizás la podía haber resumido un poco más, pero bueno…, es que tengo tantas cosas que contar…

 

¡¡¡SOMOS MUY FELICES!!! Nuestro fin de semana (entre semana trabajando, no podemos), gira entorno a la moto y es un fin de semana muy triste y mustio si por lo que sea no podemos salir, aunque no sea más que una vueltecilla.

 

Quiero desde aquí, dar un pequeño homenaje a esos hombres nada machistas, que animan,  que ayudan y fomentan el que haya más mujeres conduciendo su moto. Uno de ellos es mi marido, Carlos, que ha sido un apoyo muy importante en mi vida. Lo quiero, muchísimo.

 

Solo decir que una de mis hermanas, Rosi, se ha animado a sacarse el carnet de moto, pero la cosa está un poco complicada y de momento no se ha presentado al examen práctico. Esperemos tenga suerte y pueda unirse al mundo de la moto.

 

Mi amiga Rosa que también se ha animado..¡¡¡ARRIBA LAS MUJERES MOTERAS!!!

 

Muchas gracias por escuchar mi historia y la moto, y desde luego animo a todas las mujeres a conocer este mundo de la moto,» QUE ENGANCHA».

UN BESO MUY FUERTE.

 

GEMA