Infinidad de veces hemos hablado sobre los guardarrailes. Multitud de veces se han hecho manifestaciones, se han presentado quejas, se han pedido explicaciones. Moteros y moteras que están mutilados y con gravísimas lesiones y secuelas. Infinidad de moteros y moteras que han perdido la vida por su culpa.
Y lo digo muy alto y claro: por su culpa.
No es culpa de los guardarrailes el accidente. No es culpa de los guardarrailes el que hagamos una imprudencia y nos vayamos al suelo. Pero sí es su culpa que impactemos contra ellos y nos mutilen como si fuésemos una pieza de cordero en manos de un carnicero.
La culpa de los accidentes suele ser nuestra, al menos y según dicen las estadísticas en un 80%. Pero de caer e impactar contra el poste de un guardarraíl a impactar contra cualquier otro tipo de un soporte puede haber una gran diferencia.
Los guardarrailes empezaron a instalarse en 1972. Una época en la que había muy pocas motos y estas tampoco corrían como corren las de ahora. Años después, a finales de los 90, y dado el aumento del sector de las dos ruedas, nuestros políticos empezaron a legislar. Supuestamente la legislación permite regular la realidad. Pero en nuestro caso, la legislación solo es eso; legislación.
En 2004 se endureció la legislación existente, que simplemente recomendaba la sustitución de los postes de los guardarrailes en forma de T o H por otros en forma de U o C por su prohibición.
Una vez más todo se quedó en una norma.
Cuando los colectivos de moteros nos alzábamos y nos quejábamos, se argumentaba la falta de presupuesto. Las dificultades económicas que supuestamente siempre ha tenido este país son el motivo por el cual se nos deja a la mano de Dios.
Incluso existe normativa europea de directa aplicación al territorio español que obliga a sustituir los guardarrailes existentes por otros menos lesivos.
¿Cuántos sistemas de protección conocemos que no son lesivos como los guardarrailes actuales?
Desde que me enfrenté cara a cara con las consecuencias de los guardarrailes hace hoy 9 años y un mes, muchos.
¿Falta de presupuesto? Una risa cuando gran parte del Parlamento está directa o indirectamente vinculada con corrupción y robo a las arcas públicas.
Los políticos hace tiempo que no nos representan. Les seguimos votando porque tenemos esperanza o porque simplemente hemos tirado la toalla sobre este tema y no lo tenemos en cuenta.
Algunos Ayuntamientos poco a poco y para evitar seguir pagando indemnizaciones a las víctimas, van sustituyendo o mejorando las curvas más peligrosas. Pero aún queda muchos tramos de carreteras que una y otra vez se sustituyen por guardarrailes con forma de T o H.
¿Otra forma de luchar contra los guardarrailes?
Aunque nos ignoren. Nos prometan la vida eterna y luego nos olviden. Nos acusen de ser los únicos responsables de las consecuencias de nuestros accidentes. Debemos seguir alzando la voz y luchando contra los guardarrailes.
Pero también podemos inundarles a reclamaciones y demandas cada vez que tenemos un accidente y nosotros o nuestra moto choca contra ellos.
Siempre que podamos demostrar que los daños, físicos o personales se han visto agravados por la acción del guardarraíl debemos reclamar y demandar al Estado o al Ayuntamiento que corresponda.
Es una lucha difícil y larga.
El Estado tiene medios y dinero infinito.
Nosotros hemos sufrido un accidente. Estamos heridos y posiblemente hundidos. Y puede que tampoco tengamos demasiado dinero. Pero hay que luchar.
No va a reaccionar la Administración Pública porque les demos pena. O porque crean que nos deben proteger. Solo reaccionará si les costamos dinero.
Y si les costamos lo suficiente… lo harán y cambiarán los guardarrailes existentes por unos menos lesivos.