Chocar contra un animal


Chocar contra un animal

chocar-con-un-aminal-en-carreteraTodos los moteros que frecuentamos carreteras secundarias nos hemos dado más de un susto con algún animal que decidido cruzar segundos antes de pasar nosotros.

¿Y cómo reaccionamos? Como podemos.

Hace unas semanas entré a rodar al circuito de Catellolí. Para aquellos que no lo conocen es un circuito que está ubicado en la zona de Montserrat en Cataluña y que entre otras cosas cuenta con dos rectas, la de meta y otra en la parte superior del circuito.

En una de las vueltas, cuando ya me creía una mundialista y retorcía el acelerador tanto como mi par de ovarios me permitía tuve un encontronazo con una familia completa de perdices.

Situación: curva de derechas acelerando a 150km/h hasta alcanzar a mitad de recta los 215-225km/h (para los expertos será muy lento) cuando veo cómo se mueven las hierbecitas del borde derecho de la pista y aparece mamá perdiz con seis pollitos detrás dando saltitos y dispuestos todos a cruzar la pista delante de mí.

Chocar contra un animal

Mi reacción en ese momento fue, aparte de abrir los ojos como platos, frenar con fuerza para intentar dar tiempo a la familia a cruzar y no hacer un destrozo. Al segundo me di cuenta que no solo era imposible que frenase lo suficiente sino que podía venir cualquier compañero por detrás y embestirme, así que suspiré y decidí acelerar y llevármelos por delante. Al pegar el acelerón asusté tanto a mamá perdiz que se giró de golpe, con lo que los 6 pollitos desorientados empezaron a correr en círculos.

chocar-con-un-animal-en-carretera-perdiz-y-sus-pollitos¡No me lo podía creer! ¡Yo a más de 200km/h y pollitos corriendo por toda la pista!

Chocar contra un animal

Al final mamá perdiz se metió en las hierbas y los pollitos corrieron detrás sanos y salvos. Di lo que quedaba de vuelta y me metí en el box a respirar y recolocarme el corazón.

No fue el susto de tener que frenar en seco, sino la mala sensación de atropellar a un animal indefenso y asustado. ¡¡A uno no!! ¡A una familia entera!

Sin embargo, mi acción estuvo mal. No debí frenar en seco porque podría haber sido peor.

Cuando nos cruzamos con un animal, la primera valoración que debemos hacer es qué tamaño y estructura tiene, porque yendo en moto no es lo mismo embestir a un pájaro, que posiblemente casi ni lo notemos, que a un perro, con el que nos daremos el guarrazo seguro. Ya no digo animales mayores como jabalís, vacas o caballos en los que posiblemente rezar sea la única opción.

La segunda valoración que debemos hacer es ver si podemos esquivarlo con seguridad, cosa que si miramos al animal fijamente será imposible. Mirar las escapatorias y a dónde queremos ir será la única opción viable.

Y si no podemos esquivarlo, frenaremos con toda nuestra fuerza y rezaremos para que el animal se haya asustado tanto como nosotros y salga huyendo de la carretera.